jueves, 24 de diciembre de 2009

con razón y corazón

He hecho sólo dos entradas y parece que soy un blogero profesional ya, je.
Cuando escribía (y escribo) en mis diarios de papel, al menos intento poner mi estado actual de ánimo. Suele ser que cada época tenga algo común de alguna manera. Parece que los acontecimientos externos son un reflejo del interior y viceversa. Es así para mí en general. Parece que se trata de unas cuantas semanas. De tal manera que cuando reviso lo escrito hace unos meses casi me cuesta reconocer algunas paranoias mías. Lo que parece es que los estados de ánimo suelen irme cambiando, o la forma de ver las cosas.
Esto es más acusado los últimos cuatro-cinco años por motivos bastante personales. Más que cambios yo diría una integración de lo que me da la vida que me lleva a una cierta "evolución", si por evolución entendemos estar abierto al mundo, a las cosas nuevas, a nuevos paradigmas.
He estado tiempo atrás muy estancado en ese sentido. Digamos peleado con el mundo en cierto modo, hasta que decidí que no podía afrontar las cosas como siempre, de la misma manera.
Así que aquí estoy, con mis paranoias actuales, pero más consciente de ello. Y, sobretodo, queriendo cambiar lo que no me gusta de mí.
Mi estado actual.
Vuelvo a ver mi rigidez en algunas cosas, a la vez que tambien he superado o asimilado otras.
El porqué unas cosas se eternizan y otras las solvento con cierta facilidad sigue siendo un gran misterio para mí. Hace unos años pensaba que las cosas del exterior eran determinantes en todo el proceso, pero hace tiempo que tengo superado eso. Alguien decía que una persona que esté perfectamente conectada consigo misma puede estar tranquila en medio de una guerra.
Es curioso pero he llegado a esa conclusión de un modo u otro. Si estamos en paz con nosotros mismos, sin remordimientos ni culpas, la muerte se puede aceptar sin más. Cuando uno ha hecho lo que puede, no hay que dar más explicaciones, no hay más.
Desde luego eso no significa entregarse a la ligera a "La Parca".
En una meditación-visualización me dijeron que me imaginase que me quedaban unos minutos de vida. Parece una trivialidad, algo que todos hemos pensado muchas veces, pero el hecho es que verdaderamente me puse en el pellejo de moribundo al que le queda un telediario.
Y fue bastante esclarecedor. Lo que más me dí cuenta es de cómo se sienten y ven las prioridades. Y las prioridades, básicamente, es estar en paz con las personas que nos rodean, que nos importan. Afortunadamente ví que estaba más o menos bien con todo el mundo, pero sí que necesitaría unas conversaciones de despedida de algunas personas, decirles que no hay problema, que no hay rencor en mí.
En fin, así fue.
Por resumir, mis debates actuales son:
-1)Observación de mi pelea con los demás. Aunque hace tiempo que sé que los demás no tienen que ser como yo quiero que sean, hay siempre un diablillo cerca de mí que me hace estar en "guerra fría" con los demás. Ya no es tanto como antes, desde luego. Pero es algo casi contínuo que me hace entrar en críticas nada constructivas esporádicamente y, sobretodo, sentir ese aislamiento de los demás tan conocido por mí.
Todo ésto está reflejado en una hiperacusia que mantengo desde los diez años aproximadamente.
Una neurosis bastante molesta por ser tantos años "conviviendo" con ella.
Hiperacusia: sensación de molestia auditiva sin haber una intensidad en el sonido que lo justifique. O sea, sonidos que molestan aunque no sean fuertes.
Aunque ya he llegado a la conclusión de que no es la hiperacusia la que provoca mi desentendimiento con los demás, sino al revés, es un reflejo de ese "desacuerdo" entre el mundo y yo.
Siempre ha sido mi batalla principal. Y, aunque ahora más que nunca soy consciente de ello y estoy intentando "desmontarlo", no he podido llegar al núcleo del asunto.
Este tema será bastante recurrente en este blog.
-2)Mis paranoias con "el otro lado de la cama" o esas criaturas que no sé si querer o matar.
Tambien un tema antíguo, desde luego. Lo que más me produce es desconcierto el no saber por qué no conecto con ellas. Es algo que me ha producido mucha frustración a lo largo del tiempo.
No quiero ir de víctima como en otras épocas, no es el plan. El problema de algunas paranoias suele ser cuando los hechos te dan la razón. Aunque tambien se puede argumentar que nos fijamos en los hechos que nos dan o queremos que nos den la razón.
Aquí hay trabajo importante.
La cuestión es que tanto el #1 como el #2 han marcado mucho mi existencia y ha habido un aprendizaje bastante profundo. Además, hay cierta mezcla de ambos, aunque no tengan unos patrones comunes.
Mi tendencia actual es actuar sin rencor, sin resentimientos. No siempre es fácil, pero ya tengo claro que no es bueno ir por la vida con bilis en el corazón. Pero hay que hacerlo con consciencia, no por represión. Las cosas deben surgir de forma natural, y si no, al menos ser conscientes de que no se puede actuar como uno quisiera.
En eso estamos.
Seguiremos informando.

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