jueves, 27 de mayo de 2010

Yo no quería llevar razón, sólo enrrollarme contigo

La página en blanco parece que ejerce un efecto paralizante en mí. Con muchas cosas que me rondan en la cabeza y parece que se hace difícil plasmar.
Bueno, puedo empezar por el sueño que he tenido esta noche pasada.
El escenario ha sido el almacén (trabajo). Había tres elementos recientes, de ese día, que se mezclaron para dar lugar a mi teatro onírico. Una navaja que encontré por azar, una botella de alcohol de farmacia que utilicé y una situación ridícula que me pasó por estar haciendo el tonto en horario laboral sin contar que me vería mi jefa.
En el sueño se mezcló de manera que yo, gastando una broma con una navaja a una compañera de trabajo, le hago una pequeña pero no despreciable herida y voy al botiquín para ayudarla.
Además, tengo que intentar que no se dé cuenta mi jefa, que está por allí.
Lo importante son las sensaciones. La general y la particular. La general es hacer las cosas a lo tonto sin pensar en las consecuencias, una sensación bastante conocida por mí, fruto de mi impulsividad a veces y tambien el saber que se puede herir a las personas por mucho aprecio que les tengamos.
La particular es con esta chica, tan ansiada por mí. Yo me esforzaba en pedirle perdón y ella, aunque lo entendía y no me recriminaba nada, tenía una mirada que denotaba como decepción por mí. Una sensación tambien conocida por mí, el sentirse juzgado sin saber por qué. Como que nadie me entiende ni me va a entender. Al final del sueño ella se mostraba como provocativa sexualmente conmigo, pero sin sentimiento, como fríamente. Como una partida de ajedrez en tablas.
Más o menos.
Hoy he pensado que quizás los sueños estén hechos para que no los entendamos en un cien por cien, que son más útiles generando más preguntas que respuestas. De esa manera podemos plantearnos las cosas más veces, generando dudas que nos obliguen a plantearnos más veces las cosas.
En otro tercio, ayer empezó oficialmente mi Fase 2.
Aunque no quiero comentar mucho de momento. A veces se me va la fuerza por la boca.
La chica del sueño está dentro de esta fase. Un desengancharse de una persona que no es para mí. Otra vez.
Al final voy a ser un experto en amores imposibles. Sólo sería útil si fuese poeta..
Pero así estamos. Mi errática vida me conduce a callejones sin salida, pero ya no estoy tan obsesionado como otras veces. Lo cual no quita que sepa perfectamente que tengo que hacer cosas. El comienzo debe ser la responsabilidad, no echarle la culpa a nadie ni a nada.
Pero por otra parte me apetece hablar de esta chica. Porque es una chica, la chica de mis sueños.
Como no puede ser de otra manera.
Mi chica que, aunque no he estado con ella en pareja ni en la cama, ni en el cine comiendo palomitas, ni me ha quitado el sueño (de momento), sí me lo ha hecho pasar mal sin pretenderlo ella. Tambien la he odiado, por supuesto, por no hacerme caso. Aunque siempre me ha tratado y me trata muy bien, con confianza. Nos hemos dado bofetadas imaginarias y despues abrazos reconciliadores. Pero el verdadero hecho es que estoy muy apegado a ella y no es para mí.
Espero no llegar tan lejos como mi anterior amor ideal. Pero esa es otra historia...
Mi chica no tiene nada excepcional, singular, llamativo. Sin embargo es todo lo demás, es simplemente su forma de ser, sus expresiones, sus gestos. Como si una magia emanase de ella para atraparme sin más. Y, por supuesto, cuanto más la conozco más me encapricho de ella.
Y en ese peligroso juego (al principio he puesto fuego por "equivocación") estoy. En desearla más cuanto más sé que nunca será mía. En ese permanente autoengaño con la única salida de seguir creyendo en los cuentos de hadas, en los Reyes Magos, en las causas perdidas.
En querer que nunca se apague ese fueguecito que se alimenta con el combustible de la esperanza ciega.
Y la imaginación, por medio, creando sin parar fantasías imposibles en un mundo paralelo en que todo es posible. En donde están las hadas y los Reyes Magos de oriente.
Supongo que algún psicólogo me dirá algo al respecto algún día. Yo mismo le adelantaría una breve descripción:
Tendencia a la idealización fruto de una incapacidad de afrontar las cosas tal y como son, con un punto de masoquismo repetitivo.
Pero bueno, lo cierto es que ya le he dicho a mi chica que sigo magnetizado por ella y parece que le he quitado algo de presión al asunto.
Parece que me paso toda la vida llorando como un niño por lo que no puedo conseguir como un hombre.